En el último post de este poco actualizado blog señalaba el inicio del “Foro de reflexión compromiso por México” en el eje dedicado a economía y desarrollo. El evento contó con gente de renombre (léase premios Nobel) y de no tanto nombre que generaron bastante polémica con sus declaraciones. Las ideas principales de los ponentes más esperados se pueden resumir así:
Erick Maskin: Señaló que la desigualdad entre países viene dada por el distinto nivel de habilidades en los trabajadores; el gobierno debe ser el encargado de capacitar a los trabajadores para hacerlos más competitivos ya que los productores y los trabajadores no tienen los incentivos para invertir en capacitación.
Paul Krugman: Dijo que entre los aspectos que México debe fortalecer están la educación básica, inversión en zonas de pobreza, infraestructura adecuada y mejoras en el sistema judicial. Puso especial énfasis en la educación y en tener paciencia con los resultados.
Jeffrey Sachs: Puso especial atención en que México debe invertir en investigación y en señalar que las políticas de los gobiernos deben ser amigables con el medio ambiente no solo por la ecología si no por las externalidades favorables que genera un desarrollo sustentable.
José Gurría: Mencionó a los problemas estructurales y los intereses políticos como el cáncer de México. Ampliar la base fiscal, eliminar subsidios a los combustibles e impulsar la competencia fueron las soluciones que propuso.
El objetivo de este evento era tratar de dar propuestas para innovar en los “problemas importantes del país” pero (como bien señala Alejandro Villagomez) “nos ha dicho lo que ya sabemos”, aunque ¿en realidad son cosas que TODOS sabemos? Quizá para un economista sean obvias la mayoría de las recomendaciones (y con esto me refiero a que entiende los mecanismos) pero no hay que olvidar que el foro iba dirigido especialmente a empresarios, servidores públicos y curiosos. No era un evento académico del gremio.
Lo peor del evento fue la actitud, casi cómica, de algunos economistas: “ay no, yo no voy porque no se me vayan a pegar las pulgas de Peña Nieto”, actitud que recuerda las reacciones de otros economistas cuando se presentó el documento “México frente a la crisis: Hacia un nuevo curso de desarrollo” (donde también nos dijeron cosas que ya sabíamos x_x): “yo no leo eso porque no me junto con malandrines”.
Erick Maskin: Señaló que la desigualdad entre países viene dada por el distinto nivel de habilidades en los trabajadores; el gobierno debe ser el encargado de capacitar a los trabajadores para hacerlos más competitivos ya que los productores y los trabajadores no tienen los incentivos para invertir en capacitación.
Paul Krugman: Dijo que entre los aspectos que México debe fortalecer están la educación básica, inversión en zonas de pobreza, infraestructura adecuada y mejoras en el sistema judicial. Puso especial énfasis en la educación y en tener paciencia con los resultados.
Jeffrey Sachs: Puso especial atención en que México debe invertir en investigación y en señalar que las políticas de los gobiernos deben ser amigables con el medio ambiente no solo por la ecología si no por las externalidades favorables que genera un desarrollo sustentable.
José Gurría: Mencionó a los problemas estructurales y los intereses políticos como el cáncer de México. Ampliar la base fiscal, eliminar subsidios a los combustibles e impulsar la competencia fueron las soluciones que propuso.
El objetivo de este evento era tratar de dar propuestas para innovar en los “problemas importantes del país” pero (como bien señala Alejandro Villagomez) “nos ha dicho lo que ya sabemos”, aunque ¿en realidad son cosas que TODOS sabemos? Quizá para un economista sean obvias la mayoría de las recomendaciones (y con esto me refiero a que entiende los mecanismos) pero no hay que olvidar que el foro iba dirigido especialmente a empresarios, servidores públicos y curiosos. No era un evento académico del gremio.
Lo peor del evento fue la actitud, casi cómica, de algunos economistas: “ay no, yo no voy porque no se me vayan a pegar las pulgas de Peña Nieto”, actitud que recuerda las reacciones de otros economistas cuando se presentó el documento “México frente a la crisis: Hacia un nuevo curso de desarrollo” (donde también nos dijeron cosas que ya sabíamos x_x): “yo no leo eso porque no me junto con malandrines”.
¡Aquí todo se prejuzga!
