domingo, julio 26, 2009

Un mundo lleno de universitarios


En estos últimos meses, como cada año, se agregan rechazados de las universidades públicas a la lista de personas inconformes. Exigen mediante diferentes actitudes más espacios en la educación superior, principalmente en la UNAM e IPN.

Contrario a lo que algunos rechazados protestones piensan, abrir más espacios en estas saturadas universidades públicas traería más problemas que beneficios, se puede mencionar la sobrepoblación de las escuelas y la baja en la calidad de la educación.

La mayoría de las teorías de crecimiento económico ven en la educación uno de los pilares para la prosperidad de un país, entendiendo educación como calificación de mano de obra, lo que es muy distante de la educación integral del sueño vasconcelista y que aun así pueden ser reconciliadas. Un mundo lleno de universitarios es inconcebible para las dos posturas, dejaría sin fuerza de trabajo a actividades primordiales como la agricultura o la industria, es por eso que algunos no tienen que ser universitarios, pero esto siempre que existan mejores salarios en esas actividades alternativas (esa es otra discusión interesante) y acceso a la cultura.

Platón habla:

"Sois, pues, hermanos todos cuantos habitáis en la ciudad -les diremos siguiendo con la fábula-; pero, al formaros los dioses, hicieron entrar oro en la composición de cuantos de vosotros están capacitados para mandar, por lo cual valen más que ninguno; plata, en la de los auxiliares, y bronce y hierro, en la de los labradores y demás artesanos. Como todos procedéis del mismo origen, aunque generalmente ocurra que cada clase de ciudadanos engendre hijos semejantes a ellos, puede darse el caso de que nazca un hijo de plata, o que se produzca cualquier otra combinación semejante entre las demás clases. Pues bien, el primero y principal mandato que tiene impuesto la divinidad sobre los magistrados ordena que, de todas las cosas en que deben comportarse como buenos guardianes, no haya ninguna a que dediquen mayor atención que a las combinaciones de metales de que están compuestas las almas de los niños. Y si uno de éstos, aunque sea su propio hijo, tiene en la suya parte de bronce o de hierro, el gobernante debe estimar la naturaleza en lo que realmente vale y relegarle, sin la más mínima conmiseración, a la clase de los artesanos y labradores. O al contrario, si nace de éstos un vástago que contenga oro o plata, debe apreciar también su valor y educarlos como guardián en el primer caso o como auxiliar en el segundo, pues, según un oráculo, la ciudad perecerá cuando la guarde el guardián de hierro o el de bronce.

Universitarios de hierro, bronce, oro y plata; labradores inexistentes, la ciudad también perece así.

¡Ay qué tiempos señor Don Simón!

Por azares de Internet me encontré en un blog que auspicia el periódico "El Universal" y en el que escribe la miscelánea y casi rehabilitada Regina Kuri, ahi se encuentra un post que titula “Machismo extranjero o la doble moral” donde relata su experiencia con un hombre de medio oriente y nos obsequia su escandalizada opinión (con todo y el piadoso “respeto las creencias de todos aunque no vayan conmigo”) por las costumbres de los pueblos de esa región con respecto a las mujeres.

La doble moral nos ronda a todos, escribí un comentario en su blog, no fue publicado. Helo aquí:

“Lo bueno y lo malo es algo muy ambiguo en el mundo, lo que parece alarmante para unos es cotidiano para otros, esto es fruto de las circunstancias que rodean la formación de los pueblos. Algunos paladines de los derechos humanos en su afán mesiánico de creer en la universalidad de las verdades pasan por encima de las tradiciones y costumbres de pueblos alejados, intentando civilizarlos y/o descalificarlos cada vez que violentan su conciencia.

¿Y el respeto a las costumbres de un pueblo? Nada más cuando este coincide con los respetos estándar, los considerados correctos por la infinita sabiduría de un pueblo que no vive lo que otro, ese al que critica.”

En el mundo globalizado que muchos odian también se globalizan las visiones de moral y conducta. Muchos defienden la supervivencia de los pueblos autóctonos, pero cuando estos hacen atrocidades para la conciencia de la gente buena y civilizada se intentan cambiar sus costumbres. Y es cuando me pregunto: ¿Dónde están los globalifobicos cuando se les necesita? ¡Ja! Hablando de doble moral.

domingo, julio 12, 2009

El miedo no anda en burro

En la economía clásica el Estado juega un papel neutro, es decir, al considerar que existe un mercado perfecto y libre movilidad de los factores económicos el ajuste es prácticamente automático y solo es cuestión de tiempo para que se de el equilibrio, el Estado solo tiene que crear las condiciones para que esto se de, entre las cuales se cuenta la creación de leyes como esta de Guatemala que hace poco fue usada para acusar a alguien de crear un “pánico financiero” (aquí la historia en El Universal).

Una curiosa situación que muestra lo rápido que puede derrumbarse un banco ante la falta de confianza del público, y es que los bancos y el sistema financiero funcionan primordialmente por la confianza. ¿Qué miedo no?

lunes, julio 06, 2009

¿Al pueblo lo que quiere o lo que necesita?


En estos tiempos en que se presume tanto de la democracia y sus bondades llegó hasta mi el libro “The Myth of the Rational Voter” de Bryan Caplan, en el se compara, por medio de estadísticas, las acciones de los electores y los economistas en relación con ciertos asuntos, mostrando que mientras los economistas basan sus decisiones en la ciencia y la lógica, los votantes proceden de manera opuesta. El autor cita un curioso acontecimiento que refrenda su hipótesis: La gente, cuando ejerce de consumidora, es sensible a los precios, de ahí que le interese que no haya aranceles y favorezca el libre comercio; pero cuando ejerce de votante resulta que respalda a quienes piden restricciones a la entrada de mercancías de países terceros.

Pensar que el libre mercado debe favorecerse totalmente mientras se acota al máximo el crecimiento del Estado (como se propone en el libro) es un argumento arcaico y desacreditado, pero existen puntos muy rescatables de la exposición, como la irracionalidad de los votantes para tomar decisiones ya que la mayoría de las veces velan por sus intereses inmediatos, atomizados o de clase, en vez del tan cacareado bienestar general. (1)

Existen muchos casos ilustrativos en la democracia mexicana, como las propuestas absurdas (desde el punto de vista económico) de muchas agrupaciones políticas que buscan únicamente fines electoreros. Lo peor: los votantes reaccionan a esa clase de estrategias.

Quizá la solución no sea “más” sino “mejor” democracia, aunque a mi parecer esa forma de gobierno es un paciente desahuciado por la irracionalidad de la mayoría, pero esto dicho entre usted y yo porque luego me tachan de fascista.

(1) A propósito de irracionales, se esta poniendo de moda una corriente económica que abandona al mítico homo economicus y centra su estudio en un homo nada economicus.