La resaca electoral no ha terminado, la nueva configuración del congreso no solamente ha traído nuevas expectativas políticas, también ha traído nuevas indignaciones como la que se suscitó hace unas semanas por la solicitud de ausentarse indefinidamente por parte de algunos diputados del congreso mexicano. Nadie hubiera hecho alharaca si no es porque la mayoría de los diputados que desean ausentarse son mujeres que dejan su cargo a favor de sus suplentes (que son todos hombres). Sale a la luz un escabroso tema en México: la equidad de género.
La equidad de género es algo necesario en la sociedad, ya que personas de ambos sexos son sumamente útiles en casi cualquier actividad y la política no forma parte de la excepción. Durante el siglo pasado se ha avanzado en los derechos políticos de la mujer nacional, desde aquella conquista de poder votar hasta los múltiples cargos públicos a los que han accedido, sin embargo en la euforia de la equidad se han tomado medidas viciadas: la cuota de género en el congreso y algunas victorias pírricas del INMujeres, por mencionar algunas.
La efectividad de la cuota de género esta en entredicho en estos días por acciones astutas de cesión de cargos, sin embargo lo realmente alarmante con esta acción artificial de igualdad es la disminución de la efectividad de las autoridades (ya de por si poco efectivas); a los cargos públicos deberían postular y llegar los más capacitados sin importar su sexo.
La equidad de género es algo necesario en la sociedad, ya que personas de ambos sexos son sumamente útiles en casi cualquier actividad y la política no forma parte de la excepción. Durante el siglo pasado se ha avanzado en los derechos políticos de la mujer nacional, desde aquella conquista de poder votar hasta los múltiples cargos públicos a los que han accedido, sin embargo en la euforia de la equidad se han tomado medidas viciadas: la cuota de género en el congreso y algunas victorias pírricas del INMujeres, por mencionar algunas.
La efectividad de la cuota de género esta en entredicho en estos días por acciones astutas de cesión de cargos, sin embargo lo realmente alarmante con esta acción artificial de igualdad es la disminución de la efectividad de las autoridades (ya de por si poco efectivas); a los cargos públicos deberían postular y llegar los más capacitados sin importar su sexo.
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Con un razonamiento infantil, alegaba un grupo de diputadas (a favor de la cuota de género) por el radio el día de hoy: - ¡Pero las mujeres somos más en este país! –, en base a esa lógica, la cámara de diputados debería tener cuotas de igualdad para todas las minorías y mayorías de este país: los taqueros, los calvos, los chaparros, los altos, los homosexuales, los indígenas, los mestizos… y ¡olvidémonos de la democracia para sustituirla por un ejercicio estadístico de proporción!
Adendum:
Al respecto pueden leer "El congreso", cuento de J. L. Borges, en este link.
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